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Todo cristiano debería saber qué se festeja en octubre.

31 DE OCTUBRE, ANIVERSARIO DE LA REFORMA

La gesta de Lutero ha servido a muchos hombres y mujeres como ejemplo para encontrar en las Sagradas Escrituras una fuente de inspiración y de consuelo en un mundo lleno de grandes problemas y vicisitudes.

En sólo 3 meses, Martín Lutero traduce en el castillo de Wartburgo el Nuevo Testamento.

No podemos hablar de sagradas Escrituras sin recordar la gesta de los hombres y mujeres que empeñaron su vida para que la verdad del Evangelio fuera difundida libremente. En ese empeño, muchos dieron sus vidas en holocausto santo. Otros tuvieron que vivir continuamente dando testimonio de su fe en un ambiente hostil. En esta etapa de lucha, el Espíritu de Dios les acompañó en vida y muerte. Les orientó en la misión que les había sido encomendada y les ayudó a superar sus limitaciones para glorificar el nombre de Dios.

La palabra de Dios es para todos

Hace unos seis años (37 años al momento de republicar esta nota) celebramos el V Centenario del natalicio del gran Reformador Martín Lutero. Al mencionar este hecho no puedo menos que pensar cómo fue antes de Lutero la relación de la Biblia con los pueblos cristianos del mundo. Una pequeña élite compuesta de profesores, príncipes y sacerdotes, retenían para sí el caudal inmenso de la Palabra de Dios como un tesoro que no compartían con nadie. El pueblo, al desconocer la verdad del Evangelio, se sumía en un mar de supersticiones y tradiciones que lo separaban del amor y la bondad de Dios.

La Biblia, escrita (publicada) en latín y griego, estaba fuera del alcance del pueblo. Pero Dios comanda la historia de la humanidad y tiene sus recursos e instrumentos para hacer cumplir su voluntad. Así fue como ocurrieron acontecimientos históricos que prepararon el camino para cambios radicales en la vida de los pueblos cristianos del orbe. No vamos a disertar sobre el acontecimiento en sí. Ni tampoco sobre las virtudes y verdades de la iglesia primitiva que sirvieron de marco de referencia a Martín Lutero.

Para nuestro propósito, ni siquiera tiene importancia el rompimiento de Lutero con Roma y la consecuente división del cristianismo en dos grandes sectores. Para mí, la contribución más notable del reformador, fue restaurar la Biblia como fuente única de autoridad dentro del cristianismo. El punto álgido de la disputa entre ambos grupos fue definir el problema de la autoridad.

La contribución más notable del reformador, fue restaurar la Biblia como fuente única de autoridad dentro del cristianismo.

La Biblia no necesitaba intérprete oficial

Lutero sostuvo que la autoridad final del cristianismo radica en la Biblia como Palabra de Dios. "La Palabra de Dios -sostenía Lutero- está por encima de todas las palabras del hombre. A un sencillo lego armado con la Escritura se le debe creer más que al Papa o a un concilio sin ella". Es así como Lutero establece la premisa según la cual el hombre acude a las Sagradas Escrituras para encontrar la verdad. La Biblia no necesitaba intérprete oficial para hacer su obra salvadora. Sin intermediarios, Dios habla directamente a la conciencia del hombre. Convencido y armado por esta convicción, Lutero se dio cuenta de que había que poner la Biblia en manos del pueblo común. Sostenía que la iglesia es el resultado de la obra de la Palabra de Dios en las vidas de los hombres".

Martín Lutero, en sólo 3 meses, él sólo, traduce en el castillo de Wartburgo el Nuevo Testamento. Al regresar a Wittenberg se dio a la tarea de traducir el Antiguo Testamento. De inmediato se dio cuenta de lo complicado del trabajo. Aunque tradujo una parte del Antiguo Testamento, reclutó un grupo de eruditos para ayudarle en este trabajo. Se publicó la Biblia completa en 1534 y se revisó posteriormente el mismo año de la muerte del Reformador.

Aparte de su extraordinario dominio de la lengua alemana que le permitió realizar esta tarea con éxito, la mejor cualidad de Lutero para dicha obra fue su sensibilidad profundamente espiritual. Conocía el ambiente religioso de la Biblia, porque vivía en él, en la angustia de sentirse pecador y en el gozo que produce saberse salvado y justificado por la gracia de Dios. Nunca escribió por dinero, sino para respaldar y defender sus posiciones de conciencia. La gesta de Lutero ha servido a muchos hombres y mujeres como ejemplo para encontrar en las Sagradas Escrituras una fuente de inspiración y de consuelo en un mundo lleno de grandes problemas y vicisitudes.

A un sencillo lego armado con la Escritura se le debe creer más que al Papa o a un concilio sin ella.

Martín Lutero con su arrojo y determinación nos guía a tomar determinaciones valientes en nuestras vidas; nos invita a reflexionar sobre dónde deben estar nuestras prioridades. Esta elección puede ser difícil pero debemos ser de calidad: debemos obedecer a Dios antes que a los hombres.

Germán Stevenson

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